La tela estilo escocés es un tipo de tejido con dibujo de cuadros y líneas estampadas de anchos y colores diferentes. El original, fabricado con lana, tenía la trama tejida en sarga sencilla pasando dos hilos encima y dos debajo.

También llamado “Tartán”, su origen se remonta al siglo XVIII cuando empezó a ser usado como símbolo de los clanes escoceses.

Se trataba de  una especie de blasón cuyo uso era exclusivo e identificaba a las familias más distinguidas. Al principio se distinguía a los enemigos y aliados por los colores y las líneas estampadas en cintas que se ataban a los gorros.

Más adelante, pasaron a usarse en los kilts, las típicas faldas escocesas.

Al final del siglo XIX, todos los clanes reconocidos tenían sus tartanes como símbolos distintivos.

Los primeros tartanes se componían de cuadrados sencillos de 2 o 3 colores y los colores se obtenían a partir de plantas, raíces y bayas. Los colorantes vegetales y las cualidades de las lanas de los tartanes dependía de las materias primas disponibles en las regiones donde se fabricaban.

De esta forma los motivos de los tejidos se han ido asociando progresivamente a las regiones de Escocia y más adelante a los clanes.

Hoy en día, cuando hablamos de tartán, nos referimos al estampado de cuadros y ya no al tejido en sí.

Se caracteriza por su levedad, debido al tratamiento de lana con el que se produce, con una trama cerrada y densa para proteger del frío.

El tejido escocés puede ser usado en blusas, abrigos, faldas y accesorios varios, entre otros. Puede estar compuesto de cualquier materia prima cuya ligadura sea de tafetán o sarga, y los hilos teñidos en varios colores.

Muchos son los diseñadores que se han inspirado en este origen escocés para hacer de él la piedra angular de sus colecciones. Burberry, con más de 80 años como marca registrada ha hecho de su “ajedrez” beige, negro rojo y blanco su identidad inconfundible.

En los años 70, la tendencia hippy adoptó esta moda; en los 80, el estilo “folk” se adueñó de los cuadros para caracterizarse y en los 90 se le confirió un aire de glamour al dotarlo de tejidos satinados.

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