Carnaval, la más famosa de las fiestas del invierno, ha evolucionado hasta convertirse en un fenómeno cultural y turístico, más allá de religioso.

Historia del Carnaval

En los países de cultura cristiana, el Carnaval se considera como una de las fiestas paganas más populares. Desde la Edad Media, gente vistosamente disfrazada ha tomado las calles para participar en desfiles de carrozas, comparsas o chirigotas, y celebrar el exceso que precede el tiempo de ayuno y abstinencia de la Cuaresma.

El Carnaval de Venecia con sus espléndidas máscaras, elementos imprescindibles de disfraces, y sus grandes bailes, es de los más famosos en somptuosidad y lujo.

En la actualidad, los carnavales de Río y de Santa Cruz de Tenerife son muy conocidos por su explosión de sensualidad, color y ritmo, mientras que el carnaval de Cádiz da el contrapunto de diversión y sátira con las chirigotas y las comparsas. 

¿Por qué nos disfrazamos?

A lo largo de la historia, las fiestas de disfraces se han inspirado en cosas tan contrapuestas como la religión, la tradicion, la transgresión o la mera diversión.

Actualmente, la fiesta de disfraces por excelencia es el Carnaval, aunque cualquier ocasión es buena para disfrazarse: cumpleaños de niños, fiesta tématica, reunión con amigos, Halloween, Fin de Año o una despedida de solteros.

Jugar al equívoco siempre es divertido. Todo el mundo se ha disfrazado en alguna ocasión. El disfraz trasciende “lo que somos cada día” para buscar “lo que nos gustaría ser” o “lo que no seremos nunca”.

Una fiesta de disfraces

Pocas celebraciones son más participativas que una fiesta disfraces. Las fiestas de disfraces implican a todos los asistentes, no sólo el día de la fiesta sino en su preparación. Por ello es importante encontrar algo que motive a los participantes, y el éxito depende en gran medida del tema escogido.

Si el grupo es poco homogéneo es mejor optar por un disfraz menos comprometido, como vestir un determinado color o llevar una simple máscara. Los que quieren ir más allá no deben olvidar que un disfraz no resulta más divertido porque sea más caro o sofisticado. Si uno es original e imaginativo, son suficientes dos metros de tela, unas puntadas de hilo y unos pocos  complementos.

En cualquier caso, es importante recordar que las fiestas de disfraces hay que prepararlas con bastante antelación. Alquilar o comprar un disfraz lleva su tiempo. También requiere planificación, diseñar y confeccionarse su propio disfraz. Comprar el tejido adecuado, diseñar un patrón o comprar un patrón para un disfraz y luego confeccionarlo conlleva un mínimo de organización.

Disfraces que son tendencia

Esta temporada son tendencia:

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Tenlo todo a punto para volver a celebrar este Carnaval que tanto nos gusta. El que se celebra en la calle y que está abierto a todo el que quiera participar. ¡Que vivan las ruas y las carrozas, las comparsas y los desfiles a todo color! ¡Viva el Carnaval!

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