Semana Santa es tiempo de procesiones, de pasos y de festejos. Es una semana donde la devoción está muy viva en muchas localidades de España.
Algunas cofradías desfilan con más austeridad que otras, pero todas se desviven para rendir homenaje a sus creencias. Parte de toda esta actividad de desfiles y ofrendas está en el despliegue de colores litúrgicos de Semana Santa tradicionales.
En Andalucía encontramos sin duda una gran riqueza de telas, de colores y de brocados que cubren las vírgenes más aclamadas. Sin embargo, no podemos dejar de lado las procesiones de Zamora que se caracterizan por una solemnidad y una gran tradición cuyos tambores retumban en sus calles.
En Portugal, por su parte, la ciudad de Óbidos, símbolo de belleza, patrimonio y cultura es de paso obligatorio en estas fechas.
En Ribes & Casals encontrarás todos los diferentes colores que eligen las hermandades para sus procesiones de Semana Santa.
Estos no se escogen al azar y están cargados de simbologías muy determinadas.
¿Sabemos qué representan estos colores litúrgicos de Semana Santa?
Aquí les dejamos algunas explicaciones para estar al tanto.
Blanco. Representa a Dios. El blanco es la esencia misma de la Semana Santa.
Color de felicidad, de luz y de vida. También simboliza la sencillez, la inocencia, la pureza, la fe y la dignidad.
Pero el blanco, junto al dorado, no sólo es protagonista en Semana Santa. Se utiliza en la Iglesia romana, en Navidad, Pascuas, Ascensión, en la fiesta del Sagrado corazón, de la Virgen María, así como para las fiestas de pontífices y de todos los santos y santas que han expresado su fe.
Violeta o morado. Representación de la espera con el encuentro con Cristo.
El violeta o morado se veía en la antigüedad como afirmación de la realeza, del poder, de la riqueza, etc. La Iglesia, por su parte, ha asociado el color violeta a la penitencia, a los rezos, a las preparaciones de grandes festejos, como Navidad y Pascua.
El violeta se traduce por una cierta austeridad y moderación. También está presente en la liturgia de los difuntos. El color violeta nos invita a recogernos en la tristeza y en la mortificación, evocando las heridas de Cristo que nos salvó en su Pasión. La gloria prometida sólo se podía alcanzar con la penitencia y el sufrimiento.
Rojo. Es el color del Espíritu Santo. Este color brillante se relaciona con la Pasión de Cristo, los Mártires y el Santo Espíritu. El rojo simboliza la sangre de Cristo y por lo tanto, la pasión, el peligro, la caridad, el amor y la valentía. El color rojo se utiliza para la elección de los pontífices. Para los días de festejos católicos, principalmente en el Domingo de Ramos, el día dela Pentecostés, para celebrar el fuego del Espíritu Santo que predica la generosidad, la fuerza y la valentía.
Verde. Simboliza la esperanza con el Paraíso. El verde se traduce por la paz, la tranquilidad y la esperanza. Este color también evoca la creación de Dios, la naturaleza, la vida.
Según las creencias de los pueblos antiguos, el verde era sinónimo de primavera, de vegetación, de renacimiento y por lo tanto, de una buena cosecha. De los posibles colores litúrgicos de Semana Santa, este se utiliza en los días en que no se celebra ninguna fiesta especial: después de Navidad hasta Cuaresma, y después de la Pascua hasta el Adviento; en los domingos y en aquellos días que no exigen otro color. Simboliza la esperanza por la venida del Mesías y por la Resurrección salvadora.
Negro. Es la representación de la tristeza. Uno de los colores litúrgicos de Semana Santa por antonomasia, el negro hace su aparición en la liturgia a finales del siglo XII. Este color es un básico y se asocia al duelo y expresa tristeza, consternación, dolor.
Por otro lado, simboliza la acción de Satanás y sus victorias. Anteriormente se empleaba el Viernes Santo y en los oficios por los difuntos pero desde la reforma litúrgica del concilio Vaticano II, el negro se reemplaza por el rojo en el Viernes Santo y por el violeta en los oficios para los difuntos.
Colores litúrgicos de Semana Santa sustitutivos: Azul, Dorado, Plateado
Azul. España, junto a los países que fueron colonias españolas pueden usar este color porque simboliza la pureza y la virginidad, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, patrona de este país, y en sus celebraciones votivas, aunque por extensión se utiliza en otras fiestas de la Virgen.
Dorado. Los ornamentos de fondo dorado pueden sustituir a cualquier color en ocasiones, excepto al morado y al negro, que son considerados colores litúrgicos de Semana Santa básicos. Normalmente se usan en las celebraciones más importantes del año que son la Misa del Gallo de la Natividad del Señor y sobre todo en la Vigilia Pascual del Domingo de Resurrección.
Plateado. Los ornamentos de fondo plateado pueden sustituir exclusivamente a los de color blanco.